¿Por qué me cruje la rodilla? Causas, riesgo y qué hacer

¿Por qué me cruje la rodilla? Causas y soluciones con fisioterapia

¿Alguna vez al subir escaleras, al levantarte del sofá o al caminar escuchaste un crujido o chasquido en la rodilla? Es algo que muchos experimentan, y se pregunta con frecuencia: ¿por qué me cruje la rodilla? En este artículo descubrirás las causas más comunes, cuándo puedes relajarte y cuándo es momento de prestar atención —y actuar— con ayuda profesional.

 

1. Causas comunes del crujido en la rodilla

Los ruidos articulares en la rodilla tienen múltiples orígenes. Aquí los principales:

1.1. Liberación de gas / cavitación articular

Dentro del líquido sinovial que lubrica la articulación, pueden aparecer pequeñas burbujas de gas que colapsan (explotan) al moverse. Ese fenómeno produce un sonido similar a un crack, sin que haya daño estructural. Es una de las causas más benignas. 

1.2. Deslizamiento de tendones o ligamentos

Al doblar o extender la rodilla, tendones o ligamentos pueden desplazarse sobre huesos o prominencias óseas y producir un “chasquido”. Si esto es habitual, podría indicar desequilibrios musculares o retracciones. 

1.3. Desgaste del cartílago / condropatía rotuliana / artrosis inicial

Cuando el cartílago de la articulación se deteriora o adelgaza, las superficies óseas pueden rozar ligeramente y generar ruidos ásperos. En particular, la condromalacia (o síndrome femoropatelar) puede provocar crujidos alrededor de la rótula. 

1.4. Lesiones meniscales o cuerpos libres

Si hay fragmentos de cartílago sueltos o rupturas parciales del menisco, esos “cuerpos libres” pueden engancharse y producir un clic o crujido al moverse la rodilla. 

1.5. Inflamación / exceso de presión articular

En estados de inflamación, exceso de líquido (derrame) o alteraciones sinoviales, la mecánica interna se modifica y pueden aparecer ruidos articulares. 


2. ¿Cuándo preocuparse por esos crujidos?

Que una rodilla “crujiese” ocasionalmente no es por sí mismo motivo de alarma. Pero sí debemos alertarnos si se acompañan algunos de estos signos:

  • Dolor persistente al moverse, subir escaleras o al apoyarla.

  • Hinchazón, sensación de calor o enrojecimiento de la rodilla.

  • Bloqueos, “trabamientos” o sensación de que algo se queda atascado en la articulación.

  • Inestabilidad: sensación de que la rodilla se “dobla” o cede.

  • Empeoramiento progresivo, aumento de frecuencia de los crujidos.

  • Antecedente de traumatismo o golpe reciente en la zona.

Cuando estos síntomas están presentes, es posible que haya una condición subyacente más seria como una rotura de menisco, condropatía avanzada o artrosis incipiente. 

Entonces, ¿cuándo acudir al fisioterapeuta o especialista? Si los crujidos se acompañan de dolor, limitación o inflamación, es momento de consultar.

 

3. ¿Qué hacer si te cruje la rodilla?

Aquí tienes estrategias prácticas —y preventivas— que pueden ayudarte a aliviar el crujido o al menos a reducir su frecuencia:

3.1. Fortalecimiento de musculatura estabilizadora

Refuerza cuádriceps, isquiotibiales, glúteos y músculos de la cadera. Una rodilla apoyada por músculos fuertes sufre menos desequilibrios y “rozamientos”.

3.2. Trabajo de flexibilidad y movilidad

Estiramientos de gemelos, isquiotibiales, cuádriceps, así como técnicas de movilización moderada ayudan a que los tejidos deslicen bien. 

3.3. Mejora de la alineación y control motor

Pequeños ajustes posturales y reeducación del movimiento (por ejemplo, en la forma de caminar, correr o hacer sentadillas) pueden reducir la fricción articular.

3.4. Control de carga

Evita esfuerzos excesivos, movimientos repetitivos sin descanso o cargar peso de forma incorrecta durante periodos prolongados.

3.5. Aplicación de frío / calor y antiinflamatorios (cuando haya inflamación)

En episodios agudos con inflamación, puede ayudar reducir la carga temporalmente y aplicar frío local. Pero cuidado: no sustituye una valoración profesional.

Estas medidas pueden prevenir la progresión, mejorar la sintomatología y reducir el “ruido” con el tiempo. Pero ojo: no siempre bastan si hay una lesión subyacente.


4. ¿Cuándo acudir al fisioterapeuta? En RILIVIUM te acompañamos sin cirugía

Cuando los crujidos van acompañados de dolor, inflamación, limitación funcional o signos como bloqueo, es momento de actuar. Acudir a fisioterapeutas profesionales preparados es clave. No basta con “ver a cualquiera”: necesitas un profesional que valore tu rodilla, tu biomecánica y tu contexto deportivo o cotidiano.

En RILIVIUM Madrid tenemos un enfoque claro: queremos curarte, no operarte. Nuestro objetivo es ofrecer soluciones integrales y conservadoras que permitan recuperar tu funcionalidad sin pasar por el quirófano.

Al elegir RILIVIUM:

  • Optas por fisioterapeutas especializados en rodilla y patologías del aparato locomotor.

  • Recibes una valoración completa (movilidad, fuerza, control motor, alineación).

  • Se diseña un plan personalizado para restaurar la rodilla —no simplemente “parchear” los síntomas—.

  • Promovemos la rehabilitación activa, progresiva y supervisada, con seguimiento.

  • Solo cuando absolutamente es necesario (y después de agotar vías conservadoras) se considerará derivación médica o quirúrgica.

Acudir a fisioterapia a tiempo puede evitar que una lesión leve evolucione hacia algo más grave que sí requiera cirugía. En RILIVIUM, creemos en una recuperación funcional sin pasar por el quirófano siempre que sea posible.

 

 

Si crees que necesitas ser atendido por un fisioterapeuta, puedes hacer tu cita haciendo click aquí.

 

5. Anatomía básica de la rodilla (versión simple)

Para entender mejor por qué cruje o duele, conviene saber qué “cosas” contiene la rodilla:

  • Huesos: fémur, tibia y rótula.

  • Cartílago articular: recubre las superficies óseas para que se deslicen.

  • Meniscos: estructuras en forma de “almohadilla” que amortiguan y estabilizan.

  • Ligamentos (cruzados, laterales): dan estabilidad estructural.

  • Tendones: conectan músculos (cuádriceps, isquiotibiales) al hueso.

  • Membrana sinovial y líquido sinovial: lubrican la articulación.

Si alguno de estos componentes se ve alterado (desgaste, lesión, desalineación), pueden aparecer ruidos, dolor o disfunción.


6. Preguntas frecuentes (FAQs)

¿Por qué me duele la rodilla si solo cruje?

A veces el crujido es el síntoma inicial de una sobrecarga o compresión leve. Con el tiempo, puede emerger el dolor si no se corrigen los desequilibrios.

¿Es peligroso que mi rodilla cruja cuando estoy en reposo?

Si el crujido ocurre sin movimiento (por ejemplo durante la noche) y va acompañado de dolor, puede indicar inflamación interna o problemas de la membrana sinovial. En ese caso conviene investigar.

¿Cómo fortalecer las rodillas sin forzarlas?

Ejercicios isométricos suaves (contracciones sin movimiento), mini-sentadillas con control, trabajo de cadena cinética cerrada (por ejemplo, prensa ligera), control de caderas. Siempre progresar gradualmente.

¿Se opera todo lo que suena o cruje en la rodilla?

No. En muchas ocasiones, los crujidos no tienen nada que ver con lesión grave. Incluso en condiciones leves como condromalacia o artrosis inicial, el tratamiento conservador mediante fisioterapia es primero en línea. En RILIVIUM priorizamos este enfoque: curarte sin cirugía siempre que sea posible.


Conclusión

No todos los crujidos en las rodillas son motivo de alarma. Pero si empiezas a sentir dolor, hinchazón, bloqueos o limitaciones, no lo ignores. Actuar temprano —y con profesionales cualificados— marca la diferencia.

Si estás en Madrid y quieres una evaluación experta, en RILIVIUM estamos preparados para ayudarte. Nuestro enfoque es claro: curarte sin pasar por el quirófano. Agenda una sesión con uno de nuestros fisioterapeutas especializados en rodilla y empieza hoy mismo tu camino hacia una rodilla sana y funcional.

 

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